En esta zona de diversidad fisionómica notable, destacan por su importancia
ecológica y natural los bosques de robledales y abedulares que dominan la
vegetación de la zona. Estos bosques presentan masas arbóreas de gran belleza y
buen estado de conservación.
Desde el punto
de vista estructural y botánico en la zona existen cuatro tipos distintos de
bosques:
Bosques de abedul: bosque caducifolio, en el que predomina el abedul,
aunque son frecuentes otros árboles . Estos bosques constituyen masas bastante
cerradas, siendo su sombra poco densa, lo que permite que crezcan entre ellos
acebos, avellanos, tejos y serval de los cazadores, llamados en esta zona "capudos",
que constituyen una bonita mancha en el Reguero de las Fuentes. También se
pueden encontrar mostajos y, en el límite de los prados, fresnos moriscos y
albarizos.
Acompañan a las especies arbóreas escobas, piornos y brezos, así como
acederillas, anémonas, gencianas, helechos, y arándanos, entre otras.
Bosques de
roble melojo: Dominado por el roble melojo o rebollo. Es de hoja caduca,
aunque las hojas secas permanecen en el árbol hasta la primavera siguiente. En
este bosque viven muchas especies arbustivas del tipo de la hiedra, el espino
albar, el serval, etc. Especialmente bien representados en Valle Gordo.
Bosques de
roble albar: Bosque caducifolio en el que domina el roble albar, aunque
le acompaña el abedul, el acebo y el avellano entre otros. Bien representado en
la zona donde se pueden encontrar excelentes ejemplares de estos robledales
albares en varios lugares, destacando el impresionante robledal de Murias de
Paredes.