La fauna de la
zona es extraordinariamente rica y diversa debido a encontrarse situada en la
línea de separación de la España Euro siberiana y la mediterránea. La comunidad
de vertebrados terrestres, que es la más conocida, tiene 34 especies de anfibios
y reptiles, 137 de aves y 56 de mamíferos. A estos hay que unir la comunidad
piscícola, destacando la existencia de la trucha de río, y un sinfín de
invertebrados de todo tipo, que sería imposible mencionar.
Quizá las
especies más conocidas de la zona sean el oso pardo y el urogallo, catalogadas
en peligro de extinción y protegidas por su preocupante estado de conservación.
La presencia del oso pardo, aunque escasa y proveniente de la vecina zona del
Alto Sil, encuentra en la zona áreas importantes en el nudo hidrográfico del
Tambarón y Nevadín, en el nacedero del río Omaña en Montrondo, y en los
abedulares de Fasgar y Vegapujín, en las fuentes del Valle Gordo.
Respecto al
urogallo, destacar que en los abedulares de la zona encuentra una de sus hoy
escasas áreas de distribución en la geografía penínsular, estando en la zona el
8% de los urogallos que viven en la provincia y siendo uno de los núcleos más
originales de Europa, ya que es el residente en el hábitat forestal cantábrico
de mayor altitud (en cotas por encima de los 1600 m).
Además de estas
dos especies, que quizás sean las más emblemáticas, es obligado nombrar muchas
otras.
Dentro de la
comunidad de aves, destacar su riqueza e importancia que la ha hecho merecedora
de la categoría de "Área importante para las aves" dentro del contexto de la
Unión Europea, valorada especialmente por su poblaciones nidificantes de águila
culebrera, urogallo y perdiz pardilla.
Cuenta con un
importante grupo de especies amenazadas: el alimoche, el aguilucho cenizo, la
tórtola, el buitre leonado, el águila real, el halcón peregrino o el búho real.
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